Gnocchis con prosciutto de pato, espárragos y romero

Hoy desperté con gripe. Hace 26° grados en Lima y estoy sola, aburrida y muerta de sueño en mi habitación. Cuando la gente que vive sola te diga que todo es maravilla, duda inmediatamente. Hay cosas maravillosas, como hacer las cosas a tu antojo, sentirte súper treinteañera y preparar cenas para tus amigas y ver partidos de fútbol con una copa de vino en la mano. Pero cuando se está enferma, no hay nadie que te engría con comida y encima, debes lavar todo sola.

Así que hoy debía cocinar algo rápido, que me saque del apuro. Tenía unos gnocchis que había pedido de Foodbox (www.foodbox.pe). Siempre cuento con unos prosciuttos de pato de Viandé, por si tengo visitas sorpresas y necesito invitar algo. Unos espárragos y unas ramitas de romero solucionaron el asunto.

Receta:

Herví agua en una olla mediana. Muchísima sal. Al punto de la exageración. Los gnocchis se cocinan en agua hirviendo por aproximadamente 4 minutos. Lo importante es darse cuenta de que todos estén flotando.

En una sartén aparte, calenté el aceite y luego eché un poco de cebolla picada y ajo. Luego llegó el espárrago y el prosciutto. Una vez listos los gnocchis, los escurrí y agregué a la sartén. Sal y pimienta al gusto. Y como toque final, el romero. Huele delicioso, no hay pierde.

La idea es servir con queso parmesano rallado.

Queda así. Probablemente sea mejor para servir en una cena, con  una copa de Cabernet Sauvignon. Un blend también funcionaría bien.

Si no estuviera enferma, lo tomaría con un Viña Veramonte 2014, un blend chileno delicioso. Hay que ponerlo una hora antes de servirlo en la refri, para que esté a unos 15°. Los vinos los compro en Caudalia, aquí les paso el enlace (https://www.caudaliabox.com.pe/vina-veramonte-red-blend-2014.html).

Bueno, ¿cuál es la moraleja final? ¿ten siempre unos buenos gnocchis en la refri? Tal vez. Pero creo que lo más importante de todo es siempre comer rico y comer bien. Así sea la situación más incómoda y cutre del mundo. La vida es una y hay que saber disfrutarla, ¿o no?