Sobre la cocina de identidad y los escapes de fin de semana




En estos últimos meses, estoy intentado pasar todo el tiempo posible con amigos a los que quiero mucho y que pronto se irán del país. El plan es evitarse la nostalgia anticipadamente y aprovechar lo que se pueda. Así que este fin de semana nos escapamos juntos. ¿Destino final? Lunahuaná.


Desayuno en El Refugio de Santiago. Pan, mermelada hecha en casa, mantequilla,
jugos, café y huevos revueltos con muña.

Optamos por El Refugio de Santiago. Recordaba haber ido a comer hace algunos años y sentirme feliz. No me había equivocado. El ecolodge es una casa de campo construida a inicios del siglo XX y Fernando Briceño, el dueño, tiene un huerto donde ha cultivado más de 120 especies frutales de todas partes del mundo. Gran parte de la cocina proviene de su huerto y déjenme decirles que es una maravilla. Dato adicional y sumamente importante: es Pet friendly, así que pueden llevar a sus mascotas.


Cocktail de uvina y fogata de fondo

Llegamos un poco tarde porque quisimos almorzar en el Canta Rana de Punta Hermosa y pasar por un helado de lúcuma en el Ovni. Paradas obligatorias. Nos recibieron con una fogata y un cocktail de uvina. Llegamos el 1 de abril, por lo que la veda de camarones acababa de terminar. 

Colas de camarón salteadas con hierbas aromáticas

Ensalada de palta con camarones al aroma de muña.
Camarones y palta sobre mixtura de lechuga con muña y hierbas aromáticas
frescas con vinagreta de romero.

Inchicuy Paullino. Chicharrón de cuy deshuesado acompañado con puré de papa amarilla
y maní torrado

Para picar, pedimos las colas de camarones salteadas con hierbas aromáticas y la ensalada de palta con camarones. Adicionalmente, pedí el Inchicuy Paullino. Todo fue espectacular. El chicharrón de cuy estaba súper tierno y el maní complementaba el sabor del puré de papas. Las colas de camarón venían con un ají de la casa, suave, incluso más que una salsa a la huancaína. Una vez que terminamos de cenar, volvimos a la fogata y vimos el cielo, completamente estrellado.

A la mañana siguiente, nos sirvieron pancito caliente en vasijas de barro, café pasado, jugos y huevos revueltos con muña. El desayuno está incluido en el precio de estadía del hotel. Luego, Fernando nos hizo un tour por su huerto. Tiene especies provenientes de todas partes del mundo y nos cuenta con asombro que todas sus plantas han prendido, como si se tratara de un terreno mágico. 

Su restaurante ha incorporado algo del huerto en cada receta. Trabajan con productos típicos de la zona: camarones, cuy, trucha. "Cocina de identidad", dice muy grande, al inicio de la carta. En el Refugio, han creado una opción gastronómica con identidad propia del valle, brindando una experiencia única y creando aún más razones para visitar Lunahuaná.

La Reyna de Lunahuaná.
Túnel de uva

Sentimos que no era la mejor idea hacer canotaje por estas fechas, así que nos fuimos a Catapalla, alrededor del kilómetro 46. En la plaza, está "La Reyna de Lunahuaná", la vitivinícola más antigua de Cañete, fundada en 1863. Al llegar, te reciben amablemente y te explican el proceso del vino y del pisco que producen. Su última innovación: el brandy de uva.

Al finalizar el tour, hacen una degustación de sus principales productos. Personalmente, me gustó mucho el pisco, de 48°. Trabajan con dos variedades: quebranta y uvina. Al retornar al Refugio de Santiago, aprovechamos para despedirnos con un almuerzo y retornar a Lima.


Sashimi andino. Láminas de trucha fresca en sal, limón y salsa de soya, con choclito cocido y ticsauyuyos
(especie parecida al alcaparra)
Fettuccine de camarones al estragón


Ancestral huatia del pariacaca. Carne macerada con hierbas y ajíes regionales.


Comentarios

Entradas populares