Ají de gallina (versión samurai bites)

Sé que tengo un post pendiente desde hace meses. Pasé por algunos cambios en mi vida, tomé cierto tiempo para reacomodar costumbres, ajustar horarios, para por fin regresar a lo que me encanta: cocinar. Y claro, con eso, volver con samurai bites.

Es bueno tomarse pausas, escuchar lo que el cuerpo y la mente necesitan. Pero es importante nunca dejar de hacer lo que nos hace felices. Así que seguimos aquí, persistiendo con este aprendizaje culinario y con este blog que me hace mucha ilusión.

Empiezo esta receta con una confesión un poco bochornosa: no soy tan fan de la cocina criolla. Lo sé, lo sé, por favor, no me lapiden. Pero hay ciertos platos a los que no me puedo resistir y me encantan. Entre ellos, el ají de gallina.

Me decidí a aprender a prepararlo este sábado. Busqué recetas, formas de cocinarlo. Van a encontrar muchísimas por la web. Una de las cosas más bonitas de la cocina es que uno puede escoger una receta y al final, hacerla propia. Es importante darse ciertas licencias. Esas vueltas de tuerca a veces tienen finales felices.

Así que esta es una versión del ají de gallina a lo samurai bites. Desde ya les advierto que no incluye arroz (por supuesto que ustedes pueden hacer el arroz también y acompañar el ají en su versión más clásica), como tampoco huevo duro ni aceitunas negras. Lo dejo al gusto de cada cocinero/a y comensal.


Sin más, empecemos.

Receta (para 2 personas):

Casi todas las recetas que encontré coinciden en que es importante conseguir dos pechugas de gallina (y sin piel). Le di la contra y compré dos muslos con piel (creo que finalmente la piel le dio un toque adicional a la salsa, ya les contaré). Además, van a necesitar dos cebollas rojas, ajo molido, cuatro ajíes amarrillos, pan de molde, 50 gramos de pecanas, leche evaporada, queso parmesano, sal, pimienta, mantequilla y papas al gusto.

Muslitos, con todo y piel, al agua. Agregar sal.
Hay que cocer los dos muslos en dos tazas de agua, con una pizca de sal. Una vez cocidas, reserven el caldo de pollo. Retiren los muslos y deshilachen. Pedazos gorditos y alargados. Los huesitos los pueden volver a utilizar para darle más sabor al caldo. Reserven la piel.

Cebollita y ajo
Calienten la sartén con aceite de oliva. Corten las cebollas en pequeños daditos, y en la sartén, la mezclan con una cucharadita de ajo molido. Cocinen por unos 10 minutos, a fuego suave.


Tomen dos rebanadas de pan de molde. Corten la corteza y coloquen en un recipiente, cubriendo ligeramente con leche evaporada.

Me encanta este color!
Corten los cuatro ajíes amarillos. Retiren las venas y las pepitas con una cuchara. Yo dejé algunas cuántas para que pique un poco. Sugerencia: no importa cuánto les gusta lo picante, no exageren con esto. Unas cuántas pepitas bastan. Picar los ajíes y agregar a la mezcla en la sartén.

Olores y colores
Mientras se sigue cocinando la cebolla, con el ajo, y el ají, agreguen la piel de la gallina a la mezcla, cortada en pedacitos. Dejen cocinar por unos 10 minutos más a fuego suave.

Por otro lado, corten la papa. Yo dejé la piel, mezclé con sal de maras, pimienta y aceite de oliva y las metí al horno, a 180 grados, por 20 minutos. Luego, agregué un poco de caldo y mantequilla, y las terminé de cocinar por 20 minutos más.

Caldo multiuso. Dan sabor a las papas.
Licúen la mezcla que han estado cocinando en la sartén. Agreguen el pan molido que estuvo remojándose con la leche evaporada. Por otro lado, hay que moler las pecanitas para luego agregarlas a la licuadora.

Finalicen la salsa en la licuadora con un chorrito del caldo que han seguido cocinando. 


En la sartén, terminen de cocinar las hilachas de gallina. Agreguen la salsa, junto con sal y pimienta al gusto. Dejen cocinar un momento y agreguen un poco de queso parmesano rallado al gusto.

Mi sous chef, Tieta

Servir las papas, y encima el ají de gallina. Pueden picar un poco de pecanas para decorar. Para acompañar, recomiendo un Chardonnay heladito. Justo tenía un Santa Julia que combinó muy bien. Sino tienen tiempo para ir a comprar vino, los chicos de Caudalia pueden enviarlo a su casa. En su tienda de vinos, tienen un Chardonnay chileno del 2013.

¡Provecho!

Si llegan a hacer la receta, me cuentan qué tal les fue. Espero sus comentarios. Un beso gigante, provecho, y hasta pronto.





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